Senderos de vida

Senderos de vida que nacen y mueren...que mueren y vuelven a renacer de sus propias cenizas. Senderos sin salida ni meta...que llevan a todos sitios y a ninguna parte concreta...en los que la mirada fija y perdida queda. Sin objetivo, sin algún sentido.

Senderos de brillante luz y de la más oscura de las tinieblas...en los que hay calma tras la tormenta. Senderos con sombras que dan cobijo y compañía mientras la lluvia golpea y, soledad sin techo, cuando ésta cesa.

Senderos de puertas cerradas y ventanas entreabiertas...en los que la mirada tras el cristal pensativa queda. Senderos de manos vacías y llenas...en los que la ausencia, pesa. Senderos que echan raíces o permanecen yermos, conservando cierta belleza.

Senderos de larga y experimentada trayectoria o de corto recorrido con intensas vivencias. Senderos de pasos firmes o de pisadas inciertas. Senderos que se bifurcan o se unen; se acortan o se alargan; se llenan de obstáculos o retos; se truncan sin quererlo... Senderos que se llenan de flores y besos al cielo.

Senderos que se pierden para luego hallarse, que van por separado para después juntarse y se fusionan en otra vida para siempre al reencontrarse. Y siempre que no los olvidemos, permanecerán vivos en nuestro recuerdo porque son esos los que dejaron una huella, difícil de borrar, en el corazón y en el pensamiento.