Sus gritos y sollozos se oyen demasiado
en cambio él, se queda callado
y en silencio permanece escuchando
de dónde procede ese triste llanto
entonces nota su corazón apenado
sin guía, sin rumbo y desesperado
y se decide a arroparla con un abrazo
y a mecerla tiernamente en su regazo
De repente oye que ya no suspira
la mira y ve que está dormida
acaricia su rostro de niña tranquila
y le da un beso en su tierna mejilla
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