Por dónde empiezo a escribir todo
lo que tengo que decirte. Creo que por recordarte todo lo que no te digo cada
día.
Fuiste una niña con una infancia
complicada porque tenías que cuidar de los hermanos y trabajar siendo aún
joven. Pasaste tu adolescencia entre trabajos y labores. No tenías mucho tiempo para el ocio y la
diversión aunque alguno que otro siempre hubo. Y junto con la juventud llegó el
amor, “tu amor”.
Te uniste feliz en matrimonio
para formar una familia unida. Pensaste en mí como primogénita y me llevaste en
tu vientre durante nueve tranquilos meses. Llegué a tu vida para cambiarla pero
estabas dichosa por ello. Trabajabas mucho y muy duro pero siempre me llevabas
contigo. Me cuidabas cuando estaba malita, me vigilabas cuando estaba dormida y
me olías el pelo cantándome bellas canciones.
Viste mis primeros tropiezos;
oíste mis primeras palabras; sentiste mis tempranas inquietudes; me aconsejaste
en mis tiernos principios amorosos; te emocionaste al verme graduada… Orgullosa
de mi meta de vida asististe a mi boda ilusionada tanto como si fuera la tuya y
tantos otros momentos que quisiera recordar y aquellos que nos quedan por vivir.
No me bastaría una vida entera
para agradecer TODO lo que has hecho por mis hermanos y por mí y también por
qué no, lo que has hecho por tu familia, por papá y por ti.
Y aunque una vida no me alcance,
sí quiero agradecerte en unas pocas líneas que seas para mí un ejemplo de vida,
de madre ejemplar y de noble persona. QUE con tus defectos y virtudes, seas mi
madre, ¡la mejor madre del mundo!
HOY QUIERO que tus lágrimas sean
de felicidad al ver todo lo que con esfuerzo y dedicación has conseguido. Hoy
quiero dedicarte este día y decirte que "TE QUIERO". FELICIDADES MAMÁ.
Por tus mimos, tus cuidados, tus
desvelos, tus preocupaciones… ETERNAMENTE AGRADECIDA.
TU HIJA.
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